Istanbul
De la ciudad hechizada y resilente, la de las 1000 Mezquitas, en la que conviven muecines de un canto magnifico, minaretes, bazares repletos, hammanes, derviches y cafés antiguos y la ciudad moderna que disfruta de la gastronomía innovadora, el arte contemporáneo, las galerías de vanguardias, las tiendas de diseño y la noche más alternativa en sus barrios de moda, he elegido para esta exposición dos temas: el curioso barrio griego de Fener o Phanar y los caravasares de Estambul.
Fener con sus casas históricas de madera, iglesias ortodoxas y sinagogas que datan de las épocas bizantina y otomana, de calles empinadas, tiendas y bares de barrio, antiguas escuelas griegas y gente sencilla que va a comprar, al trabajo, a tomar un narguile o niños jugando por las calles. Hoy en día su pasado dorado no es mas que una sombra, los edificios de griegos acaudalados, realmente bonitos están a menudo en estado ruinoso, algunos en desuso y hundiéndose. Parece habitado por gente musulmana humilde y que lo que queda de griego es residual. Los fanariotas son gente realmente amable.
Un caravasar es un antiguo tipo de edificación rectangular con un patio vallado y un portal único, lo suficientemente ancho como para permitir el paso de bestias grandes o bastante cargadas, como camellos, donde las caravanas que hacían largos viajes podían pernoctar, asearse, realizar las abluciones rituales, descansar, alimentarse y reponerse viajeros y animales, así como custodiar las mercancias.Un paseo por los caravasares que al igual que Fener se encuentran en estado lamentable y que ahora son aprovechados por pequeños industriales, comerciantes pequeños que realizan su labor a diario.
Angeles Carmona